Romper la barrera de las tres horas en una maratón no es solo una cuestión de velocidad, sino de estrategia, preparación física y mental, y una planificación integral que incluya alimentación, descanso y aclimatación al destino. Sin embargo, más allá del reto deportivo, cada maratón es una oportunidad para descubrir nuevas culturas, disfrutar de la gastronomía local y vivir experiencias que van más allá de la línea de meta.